El concejal de Seguridad Ciudadana, Rodrigo Romero, en ausencia por problemas serios en la voz de la alcaldesa de Fuengirola, Esperanza Oña, y acompañado por el resto de miembros de la Corporación Municipal, personal de la Policía Local y representantes del resto de cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, presidió los actos conmemorativos del Patrón de Policía Local.
Tras la misa celebrada en la Iglesia del Carmen, el acto culminó con la entrega de condecoraciones y felicitaciones a diferentes miembros del Cuerpo de Policía Local, que tuvo lugar en el Salón Real del Ayuntamiento. Entre los condecorados se encuentra el subinspector de Policía Local, Jorge Moreno Castro, que recibió la Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco.
En la propuesta para su condecoración se destacan tres virtudes fundamentales en un puesto policial de responsabilidad: su entrega y disposición, su formación y preparación y su capacidad en la resolución de problemas y toma de decisiones. Por otra parte, se concedió la Cruz a la Permanencia por haber superado veinte años de servicio al Intendente Jefe Joaquín Rueda Moyano; a los oficiales Manuel Francisco Rosillo Gámez y Mª Carmen Guerrero García; y a los policías Modesto Clemente Tenllado, Francisco Gutiérrez Reina, Mariano Vicente Romero y Luís Sánchez Ortega.
Además se realizó una felicitación pública a título individual, a la vista de las diferentes actuaciones personales destacadas llevadas a cabo, a los funcionarios de Policía Local Marcelino Galán Domínguez y Esteban Nalda Jiménez, al Subinspector Rafael Pérez Izquierdo y a los policías Álvaro Cantero Mellado y David Morales Correa. También recibió la felicitación pública a título individual, en base al rendimiento, los siguiente funcionarios: Mariano Vicente Romero, Francisco Pino Moreno y Mª Luisa García Bonilla.
Por último, se realizó una mención especial de reconocimiento al ciudadano Adolfo Luís Muñoz Arcila, por su arrojo y determinación puestos de manifiesto, con riesgo incluso para su propia vida, el pasado día 3 de julio.
En la citada fecha, dos policías locales se encontraban en el interior de un establecimiento cuando, de manera imprevista, un individuo abordó a uno de ellos por la espalda, poniéndole un cuchillo en el cuello y exhortándole a que le entregara el arma reglamentaria. Mientras el policía amenazado hacía ademán de acceder a las pretensiones de su requiriente, el otro policía pudo solicitar apoyo por radio y seguidamente rociar al agresor con un spray de defensa, al tiempo que el amenazado sujetaba fuertemente el brazo del delincuente para evitar que este pudiese hundirle el cuchillo en el cuello. Mientras sucedía esto, el señor Muñoz, que se encontraba igualmente en el interior del establecimiento, no dudó en arrojarse sobre el agresor con intención de inmovilizarle y separarle del policía, facilitando con ello que el sujeto pudiera ser reducido y detenido. En el transcurso del forcejeo uno de los policías resultó herido por arma blanca en el cuello y dos úlceras en un ojo.
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