Por Angel Rene
La Iglesia Católica pidió ayer al Gobierno que proteja la vida del no nacido y apoye a la madre en el marco de la celebración de la "Jornada por la Vida" y en pleno debate sobre la reforma de la ley del aborto que lidera la ministra de Igualdad, Bibiana Aído. Durante todo el día, las catedrales y parroquias españolas han acogido misas para orar por la vida, además de conferencias, cursos de formación y demás actividades. Para la ocasión, la Conferencia Episcopal Española (CEE) puso en marcha hace una semana una campaña de comunicación, con carteles y vallas publicitarias, en la que pedía la misma protección para el no nacido que la que tiene el lince en España. Las vallas publicitarias están presentes en 37 ciudades españolas y seguirán hasta el 30 de marzo, mientras que los carteles se exponen en iglesias, centros católicos y escuelas religiosas. Además, los obispos de la Subcomisión para la Familia y Defensa de la Vida, presidida por el obispo electo de Alcalá de Henares, monseñor Reig Pla, emitieron una nota para la ocasión en la que insisten en la necesidad de proteger la vida de quienes van a nacer y de ayudar a las madres. Según constatan, existe "una grave deformación de la verdad" en relación con el aborto, ya que "es presentado como una elección justa de la mujer destinada a solucionar un grave problema e incluso se presenta dentro de los llamados derechos a la salud reproductiva". "La auténtica justicia pasa por la custodia del niño que va a nacer y el apoyo integral a la mujer para que pueda superar las dificultades y dar a luz a su hijo", señalan. Finalmente, piden a los fieles "un compromiso activo" con las asociaciones eclesiales que tienen como fin la defensa de la vida, así como que "intensifiquen el trabajo de formación de conciencias en materia de aborto. Precisamente, monseñor Reig animó ayer a los católicos a sumarse a la manifestación del domingo en contra de la nueva ley del aborto que plantea el Gobierno convocada por la plataforma Derecho a Vivir (DAV). En entrevista a Europa Press, ve "con buenos ojos cualquier iniciativa que promuevan los fieles laicos para defender el derecho a la vida". "UN SÍ ROTUNDO A LA VIDA" Por su parte, el obispo de Santander, monseñor Jiménez Zamora, afirmó que la jornada que celebra la Iglesia va a ser "un sí rotundo a la vida" al tiempo que pidió a los fieles que oren y den gracias a Dios "por el donde la vida, el gran regalo que siempre debemos acoger". También el arzobispo de Valladolid, monseñor Braulio Rodríguez, animó a los creyentes y "hombres de buena voluntad" a orar por la vida, porque, según dijo, "los cambios legales que se anuncian en nuestro país darán lugar a una situación en la que quienes van a nacer quedarán todavía más desprotegidos que con la actual legislación". Asimismo, recordó que a propuesta de la CEE, el año 2009 ha sido declarado en nuestro país un Año de Oración por la Vida que pretende, según palabras de Juan Pablo II en la Evangelium Vitae, que "en cada comunidad cristiana, con iniciativas extraordinarias y con la oración habitual, se eleve una súplica apasionada a Dios, Creador y amante de la vida". El obispo de Jaén, Ramón del Hoyo López, afirmó que no aceptar el origen sagrado de la vida conduce a una perspectiva materialista en la que "la vida de una persona se valora únicamente con criterios de eficacia, funcionalidad, utilidad, no por lo que es, sino por lo que sirve, tiene, produce". Así, dijo que los que sufren primero las consecuencias de esta perspectiva son "el no nacido, el niño, el enfermo, el anciano y la mujer" y, con estos principios, "resulta fácil que prospere una cultura de la muerte, una mentalidad que favorece la anticoncepción, el aborto y la eutanasia". Por su parte, el obispo de Huelva, monseñor José Vilaplana, pidió a los cristianos que oren hoy, en el día en el que se celebra la Anunciación del Ángel a María, para que la sociedad "tome conciencia del derecho inviolable que tiene todo ser humano a la defensa de su vida, desde el momento de su concepción hasta su último aliento". El administrador apostólico de la Diócesis de Córdoba y arzobispo coadjutor de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, afirmó que todo lo que se haga para ayudar a las madres gestantes para que no tomen "la terrible decisión de eliminar el fruto de sus entrañas" será poco. "RETROCESO EN HUMANIDAD" Por su parte, el obispo de Bilbao, monseñor Ricardo Blázquez, y su obispo auxiliar, monseñor Mario Iceta, afirmaron que la propuesta del Gobierno constituye "un retroceso en humanidad y civilización". Además, aseguraron que la interrupción del embarazo forma parte de "la cultura de muerte que degrada a la sociedad que lo practica y tolera". En su carta con motivo del "año dedicado a la oración por la vida", ambos afirman que iniciaron el presente ejercicio "con la intención de dedicarlo, de modo particular, a la oración por el don de la vida". Tanto Blázquez como Iceta aseguran que "la persona humana es siempre un bien" y que "el grado de humanización y grandeza de una sociedad, de una cultura, de una civilización, se mide principalmente por su capacidad de acoger y cuidar a todo ser humano con independencia de sus cualidades, capacidades físicas, estadio vital de desarrollo o utilidad". "Por eso, el servicio y tutela de la vida constituye una de las tareas principales de quienes deben ser garantes y promotores del bien común, de modo particular, de las diversas instituciones sociales y los poderes del Estado", precisan.
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